domingo, 24 de enero de 2016

Veinte y uno.
Justa la edad de la violencia,
justo ahí donde la tierra pela
los dientes de la mente inquieta.
Justa edad de muslos violencia, de experiencias escasas, que retan al tiempo
mientras mastican el alma.
Justa delicia de edad primaria.
Veinte y un
símbolos de grandeza,
No hay reflejos, justa edad sin consecuencias.
Veinte y un
ojos que nos separan de la adolescencia.
Justa edad del ahora, una hora resplandeciente.
Justas alas.
Mordidas y despedidas,
nada fue tan correctamente violento.
Justa edad sin consejos.
Veinte y uno.
Marca justa que nos hace dioses por una vez sin males,
justos e inmortales.

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