El preguntaba a la lluvia, al señor nube, ¿quien es esta señora estrella?
Buscando en el bosque circulares formas entre tanta estrella, pero se dio cuenta que era el otoño, y las estrellas eran secuaces terrenas del firmamento.
Camino.
Los pinos eran canes, el bosque respiraba sus años marcados en los caídos, señalando el mal camino.
No había luna según me dijo aquel que de rodillas vio.
Me dijo serio que no era su país y su región, que tenía remembranzas de su fértil dios, ufano para cualquier hijo de nadie probo.
Conversamos.
La serpiente llego, ya el Cuervo en su forma negra observo.
Llego él.
Hombre se llamaba decía muchas sandeces del amor,
lo trajimos, era uno; sólo simplemente no entendía de nuestra lluvia, de las niñas estrellas, del campo respirando; del hecho de ser una nube o moras salvajes, no lo entendía.
Pinto su línea roja, diciendo esto que ves es mío.
Decidimos madre venado que por más tardar llego.
Gritamos.
Pero la calma que el tiempo nos cedió, ya antes nos hizo presenciar un ultimátum, su idea vaga de destrucción.
Hable con el.
Le dije esta rama es una serpiente. Venenosa.
Me decía:
Es madera.
Y la quebró.
Caminos donde el padre bosque y madre tierra lo perdió, lo seguía.e hablaba de su seguridad pues un camino para el es subir o bajar. No detenerse o soñar.
Me guió a su casa; eran ruinas, y le dije:
Este río que vez, nos despide, tu puedes engatusarlo, pero no voy, hombre tu deterioro a la vida en tu noche de oscuridad y donde llueve porque tu te acercas.
Los pinos eran canes, el bosque respiraba sus años marcados en los caídos, señalando el mal camino.
No había luna según me dijo aquel que de rodillas vio.
Me dijo serio que no era su país y su región, que tenía remembranzas de su fértil dios, ufano para cualquier hijo de nadie probo.
Conversamos.
La serpiente llego, ya el Cuervo en su forma negra observo.
Llego él.
Hombre se llamaba decía muchas sandeces del amor,
lo trajimos, era uno; sólo simplemente no entendía de nuestra lluvia, de las niñas estrellas, del campo respirando; del hecho de ser una nube o moras salvajes, no lo entendía.
Pinto su línea roja, diciendo esto que ves es mío.
Decidimos madre venado que por más tardar llego.
Gritamos.
Pero la calma que el tiempo nos cedió, ya antes nos hizo presenciar un ultimátum, su idea vaga de destrucción.
Hable con el.
Le dije esta rama es una serpiente. Venenosa.
Me decía:
Es madera.
Y la quebró.
Caminos donde el padre bosque y madre tierra lo perdió, lo seguía.e hablaba de su seguridad pues un camino para el es subir o bajar. No detenerse o soñar.
Me guió a su casa; eran ruinas, y le dije:
Este río que vez, nos despide, tu puedes engatusarlo, pero no voy, hombre tu deterioro a la vida en tu noche de oscuridad y donde llueve porque tu te acercas.
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