domingo, 24 de enero de 2016

Batallas por el cielo III
Donde todo yace en calma,
en el tiempo donde el hombre,
se vuelve tierra, hay un serio
personaje.

Se llamaba cielo, pero decidió
dejar su nombre, ahora muerde,
muerde el fuego de los ojos
de la montaña, y es serio, no busca
él es él, sin guerras o distracciones.
Uno con el mar.
Decidió ser neutro,
Muriendo con el sol,
Amado por la luna.
Él era el que muestra las caras,
de sus amadas contradicciones.
Y era luz en sus ojos,
se rieron de él, por supuesto.
Él era sueño con dulce calma,
pero impávido ante las críticas,
se fue, se fue lejos. Y era.
Él, solo con sus lunas y soles, con desdichas y amalgamas de emociones, creía que nuestro
día era vergonzoso y era en paz, la más grande de las batallas.
Así se fue de mis manos,
muriendo en la verdad.
Él, vosotros; usted.

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